De Zimmer a Zimmer y tiro porque me toca.
He estado re-escuchando ultimamente una banda sonora que en su día me puso los pelos de punta. Se trata de El Príncipe de Egipto.
Aquél año (1998) Hans Zimmer obtuvo dos nominaciones al Óscar. Sin embargo, no compitió consigo mismo ya que ocurrió en uno de esos años en los que la Academia dividió el Óscar a la mejor banda sonora en dos categorías: comedia o musical y drama. En la primera, Zimmer obtuvo una nominación por El Príncipe de Egipto. En la segunda, lo hacía por La Delgada Línea Roja.
Aunque no se llevó ninguno de los dos premios, la calidad de ambas composiciones es sobresaliente.
Para El Príncipe de Egipto, Zimmer consigue encerrar en sus notas el auge del antigüo Egipto, el sufrimiento de los esclavos, el resurgir del pueblo Hebreo y, sobre todo, la presencia de Dios en la historia que nos narra el film. Es ese tema musical en particular el que más me gusta. Un inspirado Hans Zimmer consigue una melodía digna de la escena, tratada con una sutileza y (¿por qué no?) perfección que me pone los pelos de punta.
Os dejo con una suite de la banda sonora que contiene, en sus primeros cinco minutos y medio, ese tema del que os hablo.
También los dibujantes y animadores. Algunos de los escenarios los dibujaron in situ.
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