lunes, 1 de abril de 2013

¡Oh, Dios mío! ¡Está lleno de estrellas!

En numerosas ocasiones, la banda sonora de una película está compuesta, principalmente, por canciones o temas ya existentes y el score, propiamente dicho, es escaso o nulo. Suele ocurrir con determinados géneros, como las comedias románticas, o con deteminados directores, como Quentin Tarantino o el gran Stanley Kubrick.

No es plato de buen gusto para los más puritanos, pero la técnica de dar más peso a una canción o música no compuesta para la película no es nada descabellado. Sobre todo cuando esa melodía se hace mucho más famosa gracias al film. O cuando queda atada para siempre al nuevo concepto, desterrando su fuente original.

Un claro ejemplo de ello es "la música de 2001". Stanley Kubrick introdujo en 2001: Una Odisea del Espacio piezas de música clásica compuestas por Richard y Johann Strauss. La conocidísima melodía del Amanecer de Así Hablo Zarathustra quedará para siempre como "la canción de 2001" gracias a su relación con uno de los momentos más populares de la historia del cine.

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