domingo, 6 de enero de 2013

El listón muy alto

John Williams ganó su primer Óscar por una adaptación de El Violinista en el Tejado. Cuatro años después ganaría su segundo Óscar (el primero por una composición propia) por la innovadora banda sonora de Tiburón. Le seguirían las merecidísimas estatuillas por La Guerra de las Galaxias y E.T., el Extratrerrestre. Y cuando parecía que la gran oda musical del alienígena más carismático de los 80s no podría superarse, Williams nos regaló las desgarradoras melodías de La Lista de Schindler.

Y ese es el problema. Los premios de este compositor han sido por bandas sonoras que se superaban una a la otra. Darle un Óscar a John Williams es colocar la banda sonora a la altura de La Lista de Schindler, y no creo que eso vaya a ocurrir.

Por este motivo, aunque John Williams estuvo nominado al Óscar en la reñida gala del año 2000, no entraba en las apuestas para llevarse el galardón. No obstante, El Patriota tuvo el honor de ser uno de los cinco candidatos a la estatuilla.

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